Dos funcionarios de Maderna se desconocieron, hubo golpes, intervención policial y amenaza de renuncia
El aire en Trelew se corta. Desde hace un tiempo lejano ya no se respira armonía en el Gabinete de Adrián Maderna. La puja es política y sectorial. Los ultramadernistas no conciben que dirigentes de otros espacios ostenten los mismos privilegios. Incluso tengan mayor poder de decisión sobre temas que trascienden la gestión.
Quienes caminaron desde un primer momento a la par del intendente, entienden, transcurrido un tiempo, que deben ser considerados por sobre los funcionarios escogidos en el último tiempo. Y que sus postulados tienen que marcar el camino del Gobierno. Ya no hay espacio para la tolerancia. Los ánimos están exacerbados.
El mínimo roce entre los madernistas y “los paracaidistas” -como son considerados-, profundizan una grieta que ni el propio Maderna puede cerrar, de hecho poco interviene en los asuntos personales y prefiere el estadío de paz espiritual impoluta. Esa relajación del intendente es la que molesta a sus “aliados fieles” desde el principio de la aventura, porque ni siquiera ofrece respaldo político cuando la ferocidad golpea al corazón del Gabinete.
Un episodio violento trascendió este jueves: los secretarios de Planificación, Obras y Servicios Públicos, Sebastián de la Vallina; y de Desarrollo Social y Acción Comunitaria, Héctor Castillo, se repartieron golpes.
Los testigos aseguran que Castillo “cacheteó” al hombre que maneja la obra pública en Trelew. De la Vallina, acostumbrado a recibir golpes, evitó que otro de sus ojos terminaría pintado al oleo, como sucedió cuando militantes de la UOCRA lo disfrazaron de moretones.
“Sebastián le pidió a Castillo que no le pegue en los ojos para permitirle ver la pelea”, bromeó a este medio un testigo de lo ocurrido. Nadie conoce las verdaderas razones por las que ambos funcionarios cruzaron los puños. Será un tema a ampliar. Pero es grave, considerando que son quienes deben predicar el ejemplo, en virtud de los cargos administrativos que sostienen.
Tras el episodio, el secretario de Acción Social habría amenazado con renunciar, como ya lo hizo en 2 millones de oportunidades. Aunque no hay novedades en ese sentido.
Policía
Suscitado el hecho, minutos más tardes, promediando el mediodía, personal de la Policía de Seguridad Aeroportuaria y de la fuerza pública del Chubut se apersonó en el edificio de acción social con fines desconocidos. Las informaciones difundidas mencionaron un allanamiento en el edificio público ubicado sobre calle Belgrano y esquina Costa Rica, aunque aquí se plantea un interrogante: ¿cuál fue el rol de la PSA?, considerando que su capacidad de acción se limita al aeropuerto; más allá de la vigencia de un convenio, que estaría violando el propio estatuto que rige la actividad de los uniformados, cuya tarea preventiva no puede extenderse a otros espacios. Una desprolijidad absoluta.
Retomando el cruce entre los funcionarios mencionados, Castillo habría manifestado recuperar su banca en el Concejo Deliberante ¿Cuánto pierde Maderna?
El secretario, con métodos pocos ortodoxos, maneja grupos sociales dispuestos al choque. El intendente es consciente que, de perder a Castillo, ya no podría hacer alarde de la paz social en la ciudad. Y políticamente es una derrota.
En lo que resta de gestión, Maderna deberá saber manipular la heterogeneidad del grupo. Son actores muy distintos, con intereses y objetivos diversos. Dispuestos a cualquier costo. La competencia interna es feroz, y el sentido de pertenencia al intendente determina sus actitudes.