Que la hipocresía no obnubile la sensibilidad por Malvinas
Un episodio equivocó merece estas líneas imparciales. Un error gráfico-audiovisual provocado por el municipio de Rawson despertó críticas fundadas, aunque despiadadas.
Es cierto, un flyer evocando la gesta de Malvinas fue promocionado con un error garrafal: tres soldados abrazados vistiendo el uniforme militar de los Estados Unidos, representativa de una serie nórdica, producida por Steven Spielberg y Tom Hanks; nada vinculado a la chaqueta de combate característica del combatiente argentino.
La reacción de personas que pierden tiempo en el uso peligroso de las redes sociales, sumado al vacío coeficiente de dirigente políticos que esperan el error y no aportan a la construcción, determinaron que la imagen se viralice.
Malvinas sensibiliza; el mínimo gesto malintencionado puede repercutir emocionalmente en quienes defendieron la Patria, lejos de lo más preciado: la familia. Más allá del error, compartir pareceres carentes de contenido responsables o imágenes que sólo alimentan el daño, no contribuyen al bienestar colectivo.
Las redes sociales son monstruosas. Reproducir documentos o historias mal habidas adrede, sólo lastiman a los correspondidos en esos compartidos, ni siquiera políticamente sirven de ventaja.
El político que usufructúa ese contenido no comprende su misión en la Tierra.
En Rawson nadie se desconoce. Y todos forman parte de su historia. Lastimosamente para la ciudad, algunos dirigentes son tristemente recordados por integrar gobierno nefastos, vacíos de ideas. Peronistas y radicales, de partidos vecinales también, todos aportaron mal o bien.
El vecino tampoco debería invertir tiempo en las redes, construir es actuar desde la realidad, de nada sirve a través de la virtualidad, y peor aún, desde la simbología de una identidad de fantasía.
Interesante sería que cada uno tome partido, intervenga y construya. Aporte conceptos, el desarrollo es entre todos, el progreso es consensuado.
Malvinas se construye a partir del reclamo permitido de argumentos firmes, resta la insolencia. No permitamos que la hipocresía obnubile la sensibilidad y el pedido soberano por Malvinas.