Mariano Arcioni conduce un Gobierno inflexible, nulo de condiciones intuitivas que habiliten un horizonte de respuestas a la vasta necesidad de los habitantes chubutenses. Son momentos drásticos, y no existe contención en quienes deben ofrecerlas.
No suficiente con la impermeabilidad señalada con anterioridad, se suma la postura antipática de los miembros del Gabinete provincial que subestiman incluso los procesos legales de discusión.
El Gobierno mantiene desde hace días conversaciones con integrantes del Consejo de Bienestar Policial para negociar salarios y pagos atrasados, entre varios derechos adquiridos. Sin embargo, los representantes del Ejecutivo pretenden bajar el pulgar a la discusión.
Las partes se volverán a reunir este jueves a las 11 en la Jefatura de Policía; la convocatoria ya transcurrió por redes sociales, por lo que se espera una presencia masiva de uniformados, respetando las pautas preventivas contra el COVID-19.
Si bien el encuentro está confirmado, el gran ausente será el ministro de Seguridad, Federico Massoni -a sus allegados dijo que no iba a asistir-. Y fue mucho más férreo. Habría dicho que “el Gobierno no analiza pagar la deuda con la policía de otra manera que no sea en cuotas”.
Incluso afirmó una idea que dista de los consensos y genera más malestar hacia el interior de la fuerza: “Si hubieran aceptado la propuesta anterior ya estarían cobrando la primera cuota mañana (jueves 27 del corriente)”.
Con esa actitud, Arcioni -aunque parece no movilizarlo-, queda expuesto a un nuevo frente de conflicto, ahora con un sector esencial, aunque dependerá del tacto de quienes deban responder a un reclamo legítimo.