Loteo Islas Blancas: un emprendimiento privado carente de posibilidades

Cuando las proyecciones están sostenidas sobre verticales flácidas, lo planeado es insostenible, poco perdurable. Y sucedió en Camarones: un privado inquietó a los lugareños e inversores soñadores con un loteo gigantográfico, sin embargo, pasado el tiempo, las posibilidades de desarrollo se tornaron difíciles, al menos para el presente.

Un poco de historia es precisa para comprender lo actual. En 2005, a través de la Ordenanza municipal 624, el municipio local incorporó a su ejido un emprendimiento inmobiliario privado. Los planos mostrados públicamente indican la magnitud del macizo: es tres veces Camarones.

El Loteo conocido como Islas Blancas, está situado sobre la costa este de la comuna, y se extiende unos 10 kilómetros hacia ambos márgenes de la Ruta Provincial N° 1.

Plano. Referencia del macizo tres veces más grande que Camarones

Parece ambicioso, oportuno para el despegue urbano de una comuna dependiente de la pesca y la actividad agraria, con sustento en el turismo a partir del encanto de su poblado. Cierto es que los servicios básicos jamás fueron tenidos presentes, considerando la extensión territorial del lugar. Es decir, la llegada de los servicios básicos es un interrogante.

De acuerdo a la información hecha pública, “la obra integral comprendía el tendido eléctrico y la instalación de subestaciones transformadoras. Lamentablemente, transcurrido un tiempo, la empresa encargada del proyecto se desligó por completo del plan de obra; y lo inconcluso, desde entonces, es afrontado por la Cooperativa de Provisión de Servicios Públicos, Consumo y Vivienda Limitada, de acuerdo a las posibilidades financieras del momento”.

Y más grave aún: “La mayoría de las subestaciones de rebaje de energía se fueron deteriorando por diversos motivos, los tendidos eléctricos de media y baja tensión –vulnerables por la calidad de los insumos y la falta de mantenimiento-, sufrieron un deterioro acelerado como consecuencia del viento que domina la región”.

En definitiva, el escenario es tétrico, por lo menos para quienes están motivados por el espíritu inversionista. Camarones es bella, pero su encanto no es acompañado; sólo se sostiene por la voluntad del personal de la Cooperativa Eléctrica, que debió cargar contra el abandono absoluto del predio, descuidado por aquellos que aún mantienen el negocio, sin posibilidades de desarrollo.

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