Desde marzo una ola de cólera afecta a Nigeria, sobre todo a la zona norte, y ya produjo más de 650 muertes. La delicada situación se suma a la crisis provocada por el aumento de los casos de coronavirus.
La temporada de lluvias afecta aún más el crítico panorama sanitario. Además, la inseguridad -las autoridades luchan contra militantes islamistas y criminales armados-, obstaculiza la capacidad de respuesta gubernamental.
Al menos 22 de los 36 estados de Nigeria, tienen casos sospechosos de cólera, según el Centro de Control de Enfermedades de Nigeria (NCDC).