Las causas ambientales son nobles, nadie actuaría contrariamente cuando proteger la Tierra es una misión global que requiere de conciencia colectiva. La salud también lo es, y la responsabilidad de quienes administran los recursos públicos los obliga a facilitar los insumos necesarios para preservar la integridad de las personas.
Un episodio lamentable ocurrió en Camarones. Era evitable si se actuaba anticipadamente, pero la carencia de sentido social de la intendente Claudia Loyola provocó un desenlace desgraciado. Cuando el árbol -bastante inmaduro-, impide ver el bosque, difícilmente se tenga un panorama amplio de la situación, que en algunos casos, merece premura.
Sucede también que quien está cerca de la intendente, o comparte buena parte del día y considera que ostenta más poder que cualquier secretario inmediato, impide que los requerimientos sean oídos por la mandataria local y terminen en el sueño de los inocentes.
Mientras Loyola celebraba la apertura de un Eco-Punto, en el hospital rural de la comuna se quemaba el único desfibrilador disponible. Un impensado, pero ocurrió justo cuando se intentaba reanimar a un paciente, que al cabo de unos minutos falleció. El aparato no respondió.
La persona, que murió a raíz de un paro cardíaco, sufrió además serias quemaduras en el rostro producto del desperfecto del aparato.
La noticia, que impactó profundamente en Camarones, despertó el malestar de los vecinos. Cuestionaron la demora en las gestiones del municipio ante el Ministerio de Salud para que se agilice la llegada de otro desfibrilador. La comuna ya no tiene, y es un riesgo, porque más allá de su limitada jurisdicción tiene un movimiento interno económico considerable, a partir de la explotación portuaria, ganadera y de empleo público.
La gente entiende la preponderancia de las causas ecológicas, pero el tiempo que insumió la inauguración del Eco-Punto se podría haber utilizado para atender la urgencia sanitaria. Camarones y Rawson no están tan distantes, quizás falte dinamismo y arrojo para gestionar con compromiso y dedicación por el pueblo.
Otro dato no menor es que queda en evidencia que la salud pública al Gobierno le importa un bledo y sostienen la imagen de un ministro desgastado (Fabián Puratich), como potencial candidato del Gobierno chubutense al Congreso Nacional.