El río Paraná continúa descendiendo en varios puertos de Entre Ríos y -con niveles que no se registraban desde 1944-, ya provocó cambios en la vida ambiental, económica, productiva y social de ciudades que están a la vera del agua.
La bajante histórica comenzó en marzo del 2021 y continúa muy por debajo de su nivel de aguas bajas (2,30 metros) y de su altura promedio para enero (3,23 metros) en la capital entrerriana. En Paraná, el río descendió este miércoles a -44 centímetros (por debajo del nivel del mar).
Además, el Instituto Nacional del Agua (INA) indicó que estos niveles tan bajos se mantendrán hasta marzo inclusive, prevaleciendo una «tendencia desfavorable».
La bajante afectó la fauna íctica al dejar seco el valle de inundación, produjo inconvenientes en el riego de cultivos y complicó las producciones industriales que necesitan captar agua.
También acrecentó los problemas de incendios en las islas y los de contaminación del agua.