Previo al fin de semana -con temperaturas máximas de 17 y 16 para sábado y domingo, respectivamente, sin amenaza de lluvia-, se destrabó el conflicto que impedía la circulación del transporte urbano de pasajeros en Trelew. Un alivio, la gente podrá movilizarse el fin de semana.
Más allá del dato alentador para el ciudadano, que dispondrá de medios de traslado para estos días de encuentro familiar, amistoso, y paseos, el detrás de escena del problema es grave, y el servicio se podría interrumpir nuevamente. Es que sobre la mesa se mantiene la discusión por las deudas millonarias del Gobierno provincial, en concepto de subsidios, con las empresas que ofrecen el transporte en las distintas ciudades.
Por caso, en Trelew la administración del gobernador Mariano Arcioni debe 15 millones de pesos por subsidios. El Gobierno adeuda a “El 22” junio, julio y agosto. Es decir, el servicio funciona pero condicionado al pago de esos incumplimientos. En cualquier momento los trabajadores vuelven a suspender el servicio, ante la escasa previsibilidad que el Ejecutivo ofrece a las empresas.
Los subsidios provinciales de Provincia a “El 22” superan los 5 millones de pesos, y deben depositarse antes del 15 de cada mes. El servicio, además de los boletos, se sostiene por subsidios municipales y nacionales, que en este último caso se aproximan a los 3,5 millones de pesos.
Provincia debía cuatro subsidios, ahora adeuda tres, por lo que a este ritmo el funcionamiento del transporte no estaría garantizado al 100% a mediano plazo, en virtud de que no descartan consecuencias similares a la ocurridas esta semana.
El servicio en Trelew se retomó este viernes al mediodía. Los choferes pudieron cobrar parte del salario de agosto. Habrá que estar expectantes para un eventual inconveniente.
Los colectivos urbanos en Trelew estuvieron suspendidos tres días; transcurridas las PASO, ninguno de los sobrevivientes de aquel turno electoral se pronunció sobre el particular, más allá que se trate de un tema específico entre choferes, sindicato, empresa y provincia. De todos modos, nadie debate sobre las políticas subsidiarias para las distintas entidades; al contrario, se manifiestan en cuestiones simples, cargando culpas, discutiendo herencias y comparando modelos que nada ofrecen al electorado.