Hilda Fredes tiene su lugar en el Centro Cultural por la Memoria
Puño en alto y cerrado señalando la victoria; ese símbolo de lucha quedó inmortalizado en el mural dedicado a la ultradefensora de los derechos humanos de Trelew, Hilda Fredes, fallecida a principios de junio.
Con absoluto respeto a su obra y trayectoria política y social, quienes conocieron su causa decidieron homenajearla y estampar su rostro en un mural, que ya tiene un lugar destacado en el Centro Cultural por la Memoria; sitio que conoció uno de los hechos más lamentables de la dictadura militar.
Cada 22 de agosto para Trelew es doloroso. Memorar los fusilamientos contra 16 presos políticos por parte de los militares es una causa -más allá del enjuiciamiento debido a los autores-, que sostiene escozor.
La Masacre de Trelew, sin dudas, fue un episodio profundamente emocional. Y el recuerdo se alimenta de aquellos que sostuvieron la lucha exigiendo justicia por aquellos que no quedaron. Hilda es Memoria, Verdad y Justicia.
Hida Fredes -sin ánimo de omitir a otros tantos dirigentes abanderados de estas causas-, mantuvo la llama del reclamo. Ese fuego no se apagará. Su mural mantendrá permanente el pedido de justicia para los casos que aún no encuentran resolución. Caso contrario, el destino divino hará su acción.
