El Gobierno chubutense, a través de su ministro de Gobierno y Justicia, José María Grazzini, reconoció que está pagando un bono “no deseado”. Y aquí se plantea un interrogante: si aumentó la coparticipación -como ya se expuso Cinco Claves-, ¿no existe una opción deseada?
Es cierto, el Ejecutivo -esta gestión y las anteriores-, incrementó el gasto fiscal, es el único responsable del desfasaje financiero que atraviesa la provincia, acentuado además por la pandemia.
Por lo expuesto con anterioridad, también debería ser el gestor de soluciones, y no cortoplacistas. Tiene que existir una permanencia de las decisiones que se adopten en Fontana 50 independientemente del sector que administre los vastos recursos que tiene Chubut. Justamente la clave está en la continuidad de las políticas públicas que ofrezcan bienestar, y mejorar las otras que restan. Eso no existe.
Como toda escoba nueva se barre por completo con “la herencia pesada” que dejó la gestión anterior. Y se experimentan métodos novedosos con asidua insistencia sin poder descubrir un rumbo resolutivo.
Sucede con el Gobierno que comanda Mariano Arcioni. No decide y tibiamente define mecanismos que alteran los ánimos colectivos. Tampoco procede con determinación y Chubut es una hoguera.
“Anunciamos un bono a todo el sector público, pero sabemos que no es lo que todos desean”, afirmó Grazzini reconociendo un error. Nadie desea un plus remunerativo. La mayoría de los trabajadores optaría por la lógica de la discusión paritaria. Sin embargo, sabiendo el Gobierno que ese dinero puede provocar un rechazo absoluto, incurre en el error anunciado. Increíble.
Presencialidad
El Ejecutivo decidió también que todos los estatales retomen sus funciones, considerando la baja en los casos de contagios por coronavirus. “Estamos notificando área por área convocando a los empleados definitivamente”, dijo Grazzini.