Brasil vivió una nueva jornada de manifestaciones contra el Gobierno de Jair Bolsonaro -que enfrenta una presión creciente por una investigación parlamentaria sobre presuntas omisiones durante la pandemia y que ya ha dejado más de medio millón de muertos-, que incluyó una multitudinaria marcha por las calles para exigir su destitución.
Este sábado, miles de brasileños volvieron a protestar, con la novedad de la apertura de la investigación que ordenó la Corte Suprema de Justicia ya que se acusa al mandatario de haber estado al tanto de un caso de corrupción en la compra de vacunas Covaxin y no haberlo denunciado a las autoridades.
En los dos primeros meses de audiencias, la Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) instalada por el Senado se centró en la demora para sellar acuerdos con las farmacéuticas para adquirir vacunas, mientras impulsaba el uso de medicamentos ineficaces y criticaba las medidas de prevención.
La semana pasada un funcionario del Ministerio de Salud declaró que en marzo sufrió una “presión atípica” para concretar una compra de 3 millones de dosis de la vacuna india Covaxin que, a su entender, presentaba indicios de irregularidades.