domingo, enero 19, 2025
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Concejales de Arriba Rawson montaron una novela que los medios compraron

Ridículo es el ideal para describir una escena improvisada con actores de reparto que cuando se disponen ofician de concejales para votar -o no-, de acuerdo a lo que se pretende para Rawson. Una novela clásica de la siesta, que con el aporte de los medios zonales se condujo hacia la masificación del pobre contenido ideológico.

Un enfrentamiento entre los ediles del bloque de la mayoría, que por los actos humanos sucedidos, dista de la seriedad que exige integrar una institución tan respetada como el Concejo Deliberante. Y se manifiesta inocua, incluso con la publicidad gratis de la prensa, que también perdió esencia.

El escándalo vende, y es lo que mayoría está dispuesta a consumir. No hay un mínimo margen para contenidos elaborados a partir de la pesquisa propuesta como reveladora de interrogantes, tampoco hay interés en hacerlo, al menos, en esta zona. De pronto se perdió la producción responsable; y como contraposición, existe unanimidad por correr detrás de lo que se cree importante, y todos ofrecen similitud.

Circo

Sucedió que los concejales de Arriba Rawson convocaron a una conferencia de prensa para relatar los hechos que abrieron una grieta con la edil, también integrante de su bloque, Iris Otero. Más de 15 minutos de dudas y acusaciones infundadas. En definitiva, no hubo sustento político en ninguno de los legisladores que tomaron la palabra. Muy similar a una disputa de vecindario.

Concluida la catarsis con la prensa, habló Otero. Vacía de fundamentos pragmáticos, la edil no supo responder con soltura la insistencia de quienes en bloque tocaron la puerta de su oficina. Sólo sembró dudas -como sus pares-, y ni siquiera orientó el debate.

El bloque que responde al intendente Damián Biss montó un show alrededor de una situación que hasta perdió seriedad; como un posible positivo de COVID-19. Un absoluto descaro. Y utilizaron algunos medios para simular una pelear interna.

La evidencia más absurda fue la aparición en el plano fílmico del presidente de la bancada oficialista, Federico Figueroa, mientras Otero trataba de responder a los interrogantes de quienes la acechaban, buscando un título vendible a la insolencia desmedida.

Figueroa -sabiendo que Otero estaba en vivo charlando con los medios-, tocó la puerta de su oficina, y delicadamente le deslizó: “Iris, tenemos que hablar”.

Otero lo miró y asintió, acompañado con una sonrisa. Ahí se evidenció una muestra inapropiada de los medios.

La inquietud es mucho más profunda: ¿Qué oculta el bloque mayoritario? Seguramente es un enfrentamiento tibio para desviar la atención respecto a un puntual que los obliga al desvelo. En tanto, desde la oposición, mantienen la guarda alta.

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